Es sabido que, por su excelencia, el adobe es una las técnicas de construcción con tierra más utilizadas en todo el mundo y de las más ancestrales para la materialización de viviendas en distintas civilizaciones. Actualmente, seguimos utilizando la tierra como material y el adobe como técnica para la construcción de viviendas. Sin embargo, lo que realmente permite obtener resultados morfológicos excepcionales es el arte y oficio de la albañilería que desde la antigüedad evoluciona su saber-hacer de boca en boca, de familia en familia.
La técnica de adobe en la construcción con tierra es bastante práctica, dado que no necesita de mano de obra especializada y se pueden conseguir fácilmente los adobes por medio de adoberos o mismo “ladrillos crudos” en las ladrilleras locales de cada región. El adobe, aplicado dentro del contexto de la construcción sustentable con tierra, engloba también distintas ventajas relacionadas al ámbito social, ambiental, energético y constructivo.
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Las posibilidades morfológicas del adobe en la construcción:
La observación de los aspectos del entorno que habitamos y de nuestro propio cuerpo puede convertirse en la principal fuente de inspiración en lo que respecta al diseño de nuestro cobijo. Nuestros “techos” han sido arcaicamente el vientre materno, las cuevas y las copas de los árboles. Estos arquetipos o ideas (en griego se puede traducir como “forma”) originales (origen: arjé) transcienden las diferencias culturales y actúan como fuentes para modelos constructivos universales.
Estos modelos trascienden el tiempo y se manifiestan en la humanidad a través de sus Mitos y Ritos: la espiral interpretada como proceso de iniciación, las sinusoides suscritas por los sonidos del Universo, el círculo como símbolo representativo del Cielo o el cuadrado como la Tierra, entre otros.
En lo que respecta al cuerpo, nuestro tórax envuelve y contiene los órganos internos como una cúpula, nuestro cráneo protege nuestro cerebro y nuestros brazos nos permiten contener y abrazar al otro mediante la descripción de un óvalo. Cuando salimos del cobijo de la bóveda uterina materna, descansamos en los brazos del que nos cuida y nuestro cuerpo asume la forma ovalada para amoldarse a la forma que nos acuna. Cuando dormimos de costado la espalda se encorva y las piernas se encogen en la búsqueda de la espacialidad intrauterina.
Es en estos absorbentes espacios que nos sentimos cobijados, protegidos, confortables. Es en base a estas espacialidades que, capaz, ambicionamos descansar nuestro cuerpo, mente y espíritu en arquitecturas de viviendas humanizadas. El adobe como técnica permite dibujar en el espacio las morfologías biológicas que nos cobijan.
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Diversas técnicas para construir paredes de tierra:
Las distintas técnicas de albañilería con adobe permiten la elaboración de paredes curvas, rectas y alabeadas. En nuestro caso, trabajando en el territorio argentino, con frecuencia utilizamos adobes de 35cm x 16cm x 6cm de aproximadamente 3 kg que resisten cerca de 8,5 MPa a 9,0 MPa (derivado de ensayo empírico). La mezcla de los adobes se realiza con tierra arcillosa y estiércol de caballo (4:1 en volumen), a la cual se le añade una parte de aserrín cada 4 partes de mezcla (arcilla/estiércol) en volumen. Se pueden alivianar los adobes aumentando la proporción de aserrín. En ese caso es importante probar la resistencia de los bordes del adobe y su resistencia a esfuerzos de tracción por flexión.
Para elaborar paredes curvas “a plomo” se parte de una geometría rigurosa de segmentos de curva de espirales, círculos, óvalos, elipsis, etcétera. En obra, se construye un compás como referencia que determina el “plomo” de la pared. Si bien la construcción es mas lenta, la resistencia mecánica y sísmica aumenta debido a la forma curva de las paredes.
Utilizamos 3 técnicas principales de albañilería en la construcción de las paredes de las casas:
1) Por un lado está la pared con técnica a “soga”, que consiste en disponer los adobes de manera longitudinal en el muro, materializando una pared fina que queda determinada por el ancho del adobe. Por ejemplo, un adobe de 12,5cm de ancho determina una pared de aproximadamente 18cm, terminada al fino. Es una traba de pared que se utiliza en muros de divisiones interiores, dado que ahorra espacio. En general no es una técnica de pared portante ni aislante, como tal, se utiliza como cerramiento entre estructuras independientes.
2) Por otro lado, otra técnica muy utilizada es la técnica de pared a “tizón”, que consiste en disponer los adobes de manera transversal en el muro, materializando una pared con un ancho igual a la medida del lado largo de los adobes. Por ejemplo, un adobe de 27cm de largo determina una pared de aproximadamente 32cm de ancho terminada al fino. En muchos casos y dependiendo de la esbeltez de la pared, se considera esta técnica como portante. También se utiliza, dada su inercia térmica derivado del ancho y peso de la pared, como una técnica de muro exterior, principalmente en zonas con mucha amplitud térmica.
3) Por ultimo utilizamos la técnica de “traba hueca”. Esta técnica consiste en hacer una pared doble colocando los adobes en “pandereta”[1]. La traba entre los muros se hace por adobes colocados transversalmente en su cara menor, que unen las dos paredes y vinculan toda la superficie, haciéndola trabajar como una unidad. Usualmente cuando se aplica esta técnica, cada 5 hiladas se coloca una hilada de adobes con técnica de pared a “tizón”[2] que refuerza su capacidad de resistencia a esfuerzos de compresión y aumenta la resistencia sísmica.
La técnica constructiva de muros de tierra con “traba hueca” origina un espacio intermedio que funciona como una cámara de aire, la cual puede ser aprovechada para rellenarse con materiales naturales livianos y aumentar la aislación térmica del muro. Para el efecto, se puede utilizar arena volcánica o aserrín. Se vuelve una ventaja la aplicación de esta técnica constructiva en climas fríos y de escasos recursos constructivos porque garantiza la aislación de un muro.
Hemos podido verificar su capacidad portante, derivada de la propia técnica de traba aplicada a la pared de adobe. Esta técnica, conocida en construcciones desde el antiguo Irán (muro “enhuacalado”), era aplicada como muro portante de estructuras abovedadas.Otra de las ventajas de la técnica de adobe “traba hueca” es el uso de cerca de 48 adobes por metro cuadrado que, comparativamente a los 78 de la técnica portante de pared de adobe a “tizón”, supone un ahorro de recursos materiales y económicos.
En términos de resistencia sísmica, se aplicó la técnica en muros de planta circular, de manera a lograr resistencia por forma. En el caso de que se hagan paredes rectas esbeltas y/o en zonas sísmicas de grado elevado, se puede, por adentro de la cámara de aire que se origina en la pared, armarlas de cañas o de varejones de sauces[3] colocados horizontalmente y atados a otros verticales. Esta posibilidad aumenta la versatilidad morfológica de la pared.
Conclusión:
Derivada de la palabra árabe “thobe”, que significa barro, el adobe cuenta con más de cinco mil años de antigüedad en su aplicación. Sin embargo la importancia actual de la técnica pasa por su sustentabilidad ambiental y su bajo impacto energético durante el ciclo de vida de la construcción. La ancestralidad de la técnica de construcción con tierra adobe, sumada a la posibilidad de materializar morfologías que nos conectan con la humanidad desde lo mas fisiológico, habilita al diseño y la construcción de paredes que delinean espacialidades de bajo impacto ambiental y social. Una vivienda de adobe con un buen diseño bioclimático se asume como una de las soluciones posibles que conducen hacia la reducción del impacto ambiental de la practicas constructivas en tiempos de urgencia climática y de obligatorio cambio en el paradigma humano.
Hoy en día, los prejuicios en relación a la construcción con tierra son mucho menores y podemos observar viviendas materializadas con está técnica en distintos contextos sociales, dando respuestas económicas, estructurales, energéticas/ambientales, espaciales y estéticas para el confort del ser humano.
[1] Pandereta significa colocar los adobes verticalmente apoyados en su cara menor, logrando así una pared fina.
[2] Tizón significa colocar los adobes transversalmente en la pared apoyados en su cara mayor.
[3] Varejones de Sauces son ramas de sección aproximada de 1” del ‘árbol Sauce. Estos varejones son bastante flexibles con alto grado de resistencia a flexión.